Además, en los últimos 100 años ha habido un cambio radical en la variedad y el tipo de comida disponible, y una gran cantidad de los alimentos ahora contienen más calorías que nunca.
Esto significa que tenemos que ejercer más autocontrol para bajar de peso y no recuperarlo.
Precisamente a eso se dedica el científico de comportamiento Paul Aveyard: a ayudar a la gente a controlar su peso.
El secreto es sencillo: desarrollar nuevas rutinas que se convierten en nuevos hábitos.
Sencillo pero ¿fácil? ¿Cómo alteramos costumbres muy arraigadas de toda la vida para evitar aumentar de peso en el futuro?
¿Qué nos está engordando?
Estos son algunos de los factores clave que influyen en el aumento de peso.Evolución
Hemos desarrollado señales fuertes para el apetito, pero respuestas débiles para la satisfacción.
Hábitos
El 40% de nuestra conducta es subconsciente.
Hormonas
Cuando perdemos peso, nuestro cuerpo intenta compensar intensificando la producción de las hormonas del apetito. El nivel de la hormona del hambre grelina aumenta en un 20% hasta 40 semanas después de la pérdida de peso, mientras que el de las hormonas que suprimen el hambre es más bajo.
Entorno
Las ofertas especiales están por todas partes: entre más compramos, más comemos.
Actitud
A menudo, un sólo desliz hace que abandonemos la dieta. En lugar de aceptar uno que otro revés, comemos aún más, lo que desencadena el mismo resultado que estábamos tratando de evitar.
Nuestra memoria graba rápidamente los hábitos y los conserva, en particular aquellos establecidos en la infancia y los que tienen relación la comida.
Estos patrones permanecen en el subconsciente y los repetimos sin pensar, de una manera similar a montar en bicicleta o tocar un instrumento musical.
Los antojos y nuestros viejos hábitos nos invaden la mente y volvemos a caer en el ciclo.
Si queremos bajar de peso y no recuperarlo, hay que romper nuestras malas relaciones con los alimentos y crear unas más saludables.
Algo es mejor que nada
Antes de cambiar nuestras relaciones con los alimentos, también hay que cambiarlas con las dietas.Así como no hay que abandonar la dieta porque tuvimos una recaída, tampoco hay que renunciar al propósito de controlar nuestro peso debido al llamado efecto yo-yo.
La investigación ha demostrado que, incluso con el ciclo entre la pérdida y aumento de peso, el resultado general es mejor que resignarse a vivir con todos esos kilos de más.
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